TOMATE DE COLGAR
Su diferencia con otras clases de tomates radica en su calibre, piel, color y larga duración, además de en una particularidad especial a la que debe su nombre y que no es otra que su manera de elaboración artesanal a al estar cosido con un hilo y unido en una sarta.
Aunque la existencia de este tomate es centenaria y de semilla antigua, sin modificación genética alguna, su historia en cuanto a su manipulación y conservación se remonta a la posguerra española.
Fue entonces cuando las familias de la zona, y como filosofía de subsistencia, empezaron a aprovisionarse y almacenar esta hortaliza de la manera tan característica que conocemos en la actualidad.
Este tomate es ideal para consumirlo crudo aunque también puede cocinarse. Su uso más tradicional y extendido consiste en untarlo sobre el pan y acompañarlo con un poco de aceite de oliva y sal.
También suele comerse en ensalada y resulta muy apropiado para hacer salsas debido a su abundancia en pulpa y agua.
Asado es un exquisito acompañamiento para carnes, pescados o verduras aportándole un valor añadido a cualquier plato.